Milagros salmantinos

Tierra milagrera parece ser la salmantina.

Juzguen ustedes por sí mismos, de acuerdo con las últimas realidades que de allí nos llegan.

En Salamanca es posible que a mediodía del 2 de enero de 2008 sea en realidad el día 31 de diciembre de 2007. Si así lo dice la cabecera del Boletín Oficial nadie lo puede discutir. Cualquier teoría sobre la naturaleza del tiempo debe de ceder la primacía a la verdad del Boletín. Faltaría más.

No nos venga nadie con el cuento de que la Policía constató la fecha en que creía vivir cuando sorprendió a los responsables del Boletín en plena tirada. Ya se sabe que la percepción del tiempo es muy subjetiva, y si el Boletín dice que era el 31 de diciembre, lo era, y punto en boca.

Si a Julián Lanzarote, del PP y dizque Alcalde de Salamanca, le conviene tal bucle temporal para publicar la subida de tasas e impuestos municipales, se hace el milagro y se acabó. Ya pueden ir manifestándose los salmantinos, que el milagro no hay quien lo mueva.

Así puestos, ya no resulta en absoluto sorprendente que la denuncia contra los responsables de tal prodigio temporal sea sobreseída provisionalmente por el Juez competente por falta de los "elementos subjetivos del tipo penal de falsedad documental."

En Salamanca los milagros se dan de dos en dos, como mínimo.

A este paso habrá que cambiar el clásico y latino dicho de "Quod natura non dat Salmantica non prestat" (Lo que la naturaleza no da, no lo presta Salamanca) por el más adecuado a los últimos acontecimientos de "Quod natura non potest Salmantica fecit" (Lo que la naturaleza no puede, Salamanca lo hizo)